Estos son formaciones de hielo o nieve con formas interesantes. Se les llama penitentes por su similitud con el atuendo que los católicos usan en las procesiones. Los penitentes –o nieves penitentes– pueden medir desde unos centímetros hasta 5 metros.
De cierta forma los penitentes también son similares a un campo de agujas sobre un terreno seco. Estos son comunes en los Andes centrales y desérticos, específicamente en zonas donde hay glaciares y nieve. Por esta razón se encuentran principalmente en los Andes de Argentina y Chile con alturas sobre los 4.000 metros sobre el nivel del mar.
Cómo se forman los penitentes
La particular forma de los penitentes se debe a los vientos extremos, cambios de temperatura y la radiación solar intensa. A pesar de que la teoría de su formación se mantiene desde que Charles Darwin descubrió a los penitentes por primera vez, algunos científicos no están seguros de ello.
La idea general de la formación de un penitente es que un manto de nieve se acumula en una pequeña depresión del terreno, donde hay alta radiación solar y muy baja humedad. Con estas condiciones, el hielo no se derrite en forma de agua, sino que se evapora directamente. A este proceso se le llama sublimación.
Cuando la nieve pasa al estado gaseoso mientras que el manto que lo rodea se va derritiendo, los rayos calientan la nieve en un ángulo particular y estas zonas se subliman más rápido.
A medida que el hielo va perdiendo masa se forman estas hendiduras curvas y como absorben más luz del sol, se derriten todavía más rápido. Al final del proceso estas hendiduras dan la impresión de que crecen hacia abajo, por lo que se acaban convirtiendo en un penitente.
A pesar de que principalmente se comenta de los penitentes en el planeta tierra, también los hay en Plutón, el planeta enano del sistema solar. Allí se han detectado formaciones similares con varios metros de longitud, incluso se cree que puede haber penitentes en una de las lunas de Júpiter.
